martes, 12 de noviembre de 2013

Tras la Conferencia, reflexión y toma de posiciones




Ha pasado la conferencia política del PSOE y en la misma se establecido que el Comité Federal del próximo mes de Enero fijará el calendario y el reglamento para la celebración de las, tan ansiadas, primarias. En los últimos tiempos el debate sobre las primarias para designar a un candidato o candidata a la Presidencia del Gobierno ha vuelto a la primera línea de la opinión pública, en un intento de los medios de comunicación de retroalimentarse, fomentado en parte por quienes desde un lado u otro, tratan de arrimar el ascua a su sardina electoral. Sin duda un debate que atrae a propios y ajenos, sobretodo por la novedad que supone y con el deseo de que no se repitan los errores del anterior intento. Ante este debate permanente e independientemente de los autoproclamados/as candidatos/as, reflexiono sobre unas cualidades, que a mi entender, ha de tener la próxima o próximo candidata o candidato a la Presidencia del Gobierno del PSOE.

1.- Liderazgo: Debe de ser respetado/a por el conjunto de la sociedad, inspirar confianza, tener carisma, firmeza, convencimiento y determinación. De manera que involucre a todo el partido primero y al conjunto de la sociedad después en un proyecto ilusionante de futuro.

2.- Prudencia: Ha de actuar con cautela, de la manera más justa, transmitir serenidad y templanza.

3.- Comunicador/a: Ha de saber escuchar y a la vez transmitir el mensaje a la sociedad de forma clara, concisa y con cercanía. Al mismo tiempo, ha de mantener el canal de comunicación abierto entre la sociedad y el Partido/ Gobierno.

4.- Cordialidad: Ha de tener un trato respetuoso con el adversario, sin caer en el insulto, la injuria o la calumnia. Ha de ser natural y espontáneo/a.

5.- Conciliador/a: Debe tener suficiente entereza para no exaltar su triunfo o supremacía sobre sus oponentes, al tiempo que ha dejar claro su liderato. Ha de establecer además un equilibrio entre la necesaria juventud y el respeto y la toma en consideración de las voces expertas.

6.- Ejemplar: Ha de presentarse ante la sociedad y el partido como un ejemplo, con un expediente intachable tanto en el ámbito público como privado. En todo caso, ha de ser percibido/a como una autoridad.

7.- Experiencia: Ha de ser una persona que tenga una formación amplia y una trayectoria laboral, política, pública y privada contrastada. Esta experiencia está ligada al relevo generacional que ha de producirse en las candidaturas, con su líder a la cabeza.

8.- Dialogante: La negociación permanente y fluida dentro y fuera de la organización es una imperiosa cualidad que ha de tener el/la candidata/a. Estoy convencido que dentro del PSOE existen muchas personas que cumplen el perfil descrito.

Llegado el momento tomaré posición por aquel compañero o compañera que considere que reúne todos estos requisitos y además tenga la convicción que está en condiciones de aspirar a la Presidencia del Gobierno de España. Para ello, debemos esperar los plazos marcados en la Conferencia Política, es tiempo pues de digerir los cambios introducidos en la Conferencia, tiempo de que los y las candidatables vayan tomando posiciones y recabando apoyos, para optar finalmente por ofrecerse al conjunto de la sociedad o para dar un paso atrás. 

He de decir que preferiría un abanico más amplio que el cuarteto que suena con más fuerza en los últimos tiempos y que exista paridad en el número de candidaturas. Espero que las candidaturas tengan un nivel tal, que hagan de la contienda una fiesta democrática y pongan en serias dudas a la ciudadanía, para elegir al o a la mejor de entre los/as mejores. En todo caso, en lo que no deberían de convertirse es en la elección de la opción "menos mala", porque entonces significaría que no se ha sabido transmitir el mensaje correcto y que no hemos estado a la altura de las circunstancias. Una vez designada la candidatura espero por el bien del partido, de España y de la ciudadanía que demos por cerrado el permanente debate de poder y contrapoder en el seno del partido, apartando la imagen de que nos miramos más el ombligo que los problemas reales de la sociedad.



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