miércoles, 27 de noviembre de 2013

Si Botín tien Olivos... Yo tengo Arbeyos




07:40 a.m. me dirijo en mi coche al puesto de trabajo y escucho las noticias en la radio, como cada día. De repente una noticia despierta mi atención por lo singular, lo atípica y sobre todo por la importancia mediática que se le daba: "Secuencian el ADN del olivo milenario favorito de Emilio Botín" Comprenderá el lector mi sorpresa ya que, con la que está cayendo, la noticia adquiera una relevancia tal, que sea digna de mención en el análisis de las portadas del día (en este caso diario “El Mundo”)

No cae en saco roto la noticia y decido leer el artículo en cuestión. En el mismo nos explican cómo el Señor Botín encargó la compra de un Olivo milenario para plantarlo en la sede de la entidad en la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte, al cual bautizó con el nombre de Santander. En concreto, localizaron los árboles milenarios mejor conservados y le dieron a escoger con cuál se quedaba; como no podía ser de otra manera y como muestra de poderío decide quedarse con los 12 ejemplares. Posteriormente, en un encuentro con Pablo Vargas concretaron la secuenciación del ADN del olivo en cuestión, tras una nueva muestra de poderío, típica del cateto del pueblo (“Tengo la mejor colección de olivos del Mundo”). Este fue el comienzo de la historia que ha dado origen a un destacado artículo en la portada de El Mundo.

Nos explican asimismo que el Banco Santander ha costeado íntegramente la investigación (para evitar malos entendidos o suspicacias), la transcendencia de la misma y la fantástica labor de mecenazgo de este pro-hombre llamado Emilio, de apellido “Botín”. Asistimos, una vez más, a un lavado de imagen del Banquero, cuyos negocios, filiales, herencias, operaciones en paraísos fiscales, indulto a su Consejero Delegado, a su regularización que capitales no declarados a la Hacienda Pública ESPAÑOLA, etcétera… le colocan en una mala posición para encarnar eso que algunos dan en llamar “Marca España” y que, por desgracia para nosotros con los escándalos que aparecen a diario, cada día parece más apropiado llamar “Mafia España”.

A una persona como yo que se ha criado en el pueblo (Medio Rural suena muy bien, pero no deja de ser un eufemismo), donde se cuida el ganado de modo artesanal, donde la labranza se lleva a cabo sin tan siquiera medios mecánicos o donde los orígenes se enraízan en la misma tierra que se cultiva con las manos, nos resulta insultante el destacar tan noble afición. Existen en España miles de familias que viven del campo, de su trabajo, que dedican sus vidas a mantener el entorno en el que viven, que emplean técnicas de cultivo respetuosas con el medio ambiente, que se adaptan a los nuevos tiempos, en definitiva, que continúan sobreviviendo en un entorno hostil generado por la globalización y los mercados (que encarna Botín). Todos ellos y ellas, cada uno con sus problemas y preocupaciones no han merecido por parte de El Mundo o cualquier otro medio de comunicación estatal, ya no un titular en portada, si no un pequeño artículo en un dominical.

Probablemente el estudio haya sido magnífico, probablemente sus resultados sean útiles, pero con las políticas que se están aplicando en la I+D+I, podemos llegar al punto en el que se generalicen las investigaciones a raíz del capricho de un todopoderoso Pro-Hombre y no en base al interés general, con criterios científicos y en busca del progreso social.

Lo dicho: Botín podrá gastar toda su fortuna en comprar olivos, tierras, cultivos,voluntades, perdones o lo que se le antoje, pero no sentirá el placer de sentirse parte de la tierra que cultive.
Si Botín tien Olivos, que los disfrute, Yo ... Tengo Arbeyos.

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