sábado, 21 de diciembre de 2013

NO A LA REFORMA DEL ABORTO




El Gobierno popular contrarreformista de Mariano Rajoy nuevamente nos retrotrae en el tiempo más de treinta años (aunque los medios de comunicación indiquen que nos lleva a la reforma de 1985,  lo cierto es que el proyecto de Gallardón impone condiciones que hacen más restrictivo el aborto que en la ley del 85).

Con esta contrarreforma el Gobierno convierte a las mujeres en ciudadanas de segunda, que precisan de una tutela en la toma de decisiones relativas al uso de su cuerpo y que ya no van a poder ejercer un derecho, que como tal se reconocía desde la reforma de 2010. Los sectores más reaccionarios de la sociedad y dentro del partido en el gobierno imponen a las mujeres el rol de “animales de cría” que no podrán decidir libremente sobre el momento en el que reproducirse. Aumentan los trámites, reducen los supuestos y tratan de consumar una prohibición encubierta del aborto, por la vía de hechos consumados. Debido a que los plazos, el requerimiento de dos informes previos y el tiempo de tramitación, conducirán a las mujeres a tener hijos/as que no desean.

Nuevamente la derecha reaccionaria coarta derechos a las clases menos favorecidas, nuevamente las personas con un mayor poder económico y social podrán abortar cuando quieran. Mientras las personas sin recursos se verán abocadas a tener hijos/as no deseados/as, a tener hijos/as con problemas que les condenarán de por vida y a asumir riesgos sanitarios por prácticas ilegales y ausentes de cobertura y garantías del Estado. Como en tiempos de la dictadura, las mujeres deberán abandonar España, en busca de países Europeos donde las mujeres tengan la condición de ciudadanas libres e iguales a los hombres.

Utiliza el gobierno reaccionario de Mariano Rajoy la excusa del derecho a la vida. El mismo derecho a la vida que niega a los/as hijos/as de las mujeres solas o mujeres lesbianas. Y lo hace porque no se trata de una reforma reclamada por la sociedad, ni una medida de avance social, ni una medida de justicia social, tampoco porque reclame una urgencia de la sociedad. Lo hace para imponer una moral ultracatólica reaccionaria, en busca de un nuevo modelo social, donde unas elites decidan sobre el destino del conjunto de la sociedad.

Con la misma determinación que entonces tuvieron las pioneras en la reclamación del derecho al aborto libre, las mujeres del Siglo XXI deberán reconquistar este derecho en las calles, en las Instituciones y en el entorno social Europeo. Sin embargo, en esta ocasión no estará solas, contarán con el respaldo solidario, convencido y sólido de un amplio espectro del género masculino, que hemos evolucionado, como lo ha hecho el conjunto de la sociedad, y no toleraremos que el 50% de la sociedad de la que formamos parte, pierda sus derechos y caiga en la marginalidad.

El esfuerzo deberá ser conjunto y corresponderá a los partidos de progreso, garantizar este derecho a libertad sobre sus cuerpos a las mujeres. Así como la elaboración de iniciativas, en todos los ámbitos posibles, que pongan freno a esta reaccionaria contrarreforma y traten de minimizar las consecuencias de su injusticia social. 

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