martes, 16 de julio de 2013

Fin de la Era Rajoy: La Necesaria Alternativa



La prensa nos bombardea a diario con nuevas informaciones, datos, conversaciones, sms, e-mails, reuniones, presiones, chantajes con el denominador común de la corrupción y especialmente relacionados con el Partido Popular con Mariano Rajoy a la cabeza, sus máximos/as dirigentes, sus allegados/as y familiares y una serie de actos pseudomafiosos.

En reiteradas ocasiones he mostrado mi rechazo a las políticas seguidas por Mariano Rajoy y el Partido Popular tras su llegada al gobierno. Pero a pesar de los ajustes, la privatización de los servicios públicos, el copago sanitario, la reforma laboral y demás atropellos al Estado de Bienestar, nunca había pedido su dimisión, en tanto en cuanto correspondía a su posición ideológica, aún cuando no figurase en su programa electoral y aún cuando sólo eso sería motivo más que suficiente para hacerlo.

Utilizó entonces y utiliza ahora el Partido Popular y Mariano Rajoy la excusa de la crisis para pasar con su mayoría absoluta el rodillo parlamentario, sintiéndose respaldado y amparado por la misma para hacer lo que estime oportuno, como un cheque en blanco para toda una legislatura. Ayer mismo, en su “amañada” y tramposa comparecencia ante los medios, se volvió a reafirmar en su convicción de que la mayoría absoluta supone la carta blanca, al hidalgo caballero salvador de la patria. La corrupción, la relación de Ministros/as, de Altos Cargos del Partido que lo sustenta en el Gobierno, la de su Secretaria General, la suya propia, con los Bárcenas, los Correa, etc… No son más que nimiedades ante el gran reto (gran excusa) de salvar España.
Las últimas noticias nos confirman que nuestro Presidente, el de todos/as los/as españoles/as, está siendo chantajeado, está siendo paralizado y manejado por una persona que hasta hace unos meses, y durante los últimos 20 años, ostentó puestos de máxima responsabilidad y máxima confianza en el Partido Popular, con el respaldo incondicional de Mariano Rajoy, tenemos también la sospecha, siempre según lo publicado en los medios, que existió una voluntad de alcanzar acuerdos con el hasta ayer amigo del alma y hoy totalmente desconocido Luis Bárcenas. Hoy sabemos que, presuntamente, el Presidente del Gobierno de España, los/as dirigentes máximos de su Partido, el Partido Popular, y algunas otras personas que han ocupado puestos de responsabilidad máxima en el partido y ahora están en otras formaciones (PAC), obtuvieron pagos (sobornos) periódicos por parte de empresarios, a los que luego concedían contratos y legislaban beneficiando sus intereses.

Ante la gravedad de esta situación, las implicaciones judiciales y penales que puedan surgir de los hechos y actuaciones descritas, debe producirse un paso a delante de los grupos de la oposición, de modo que quede patente el absoluto rechazo a un Presidente que guarda silencios preocupantes y se niega a ofrecer una explicación cierta, seria y convincente de cuáles fueron sus implicaciones en la presunta trama de financiación ilegal del Partido Popular y en cómo afectaron los presuntos sobornos en la labor de gobierno del Partido Popular, en los diferentes ámbitos en los que contrataba con los donantes opacos y los sobornadores.

La responsabilidad última corresponde a los/as diputados/as populares que sustentan, con sus silencios cómplices una situación anómala, profundamente antidemocrática y de incierto futuro, a un Gobierno capitaneado por un Presidente inoperante. A pesar de las múltiples diferencias ideológicas, a pesar de que no quiero para España un/a Presidente/a del Partido Popular, estoy convencido de que dentro del mismo, existe más de una persona capacitada, limpia y honrada, que pueda gobernar España y ponga fin a la impostura que supone mantener al Presidente de “Plasma-Paja” un minuto más.

En pleno proceso de debate interno, de propuestas, de cambios, de normativa interna, de funcionamiento, etc, probablemente no sea el mejor momento o el momento idóneo o favorable para los intereses del PSOE, por ello, debemos trabajar unidos/as, trabajando y debatiendo dentro de la organización, por un partido fuerte, de tal forma que al final todos/as rememos en una misma dirección y conscientes de que el mayor servicio que se puede hacer al partido, es un servicio ejemplar y honrado a España y a los/as españoles/as.

Corresponde al principal partido de la oposición por número de votos y escaños, emprender las acciones oportunas para garantizar la Democracia, de modo que capitanee una alternativa sólida y democrática ante un Presidente hundido, mudo y huidizo. Debe de ser el Parlamento quien controle, valore las diferentes alternativas y las posibilidades democráticas para buscar una salida al colapso de Mariano Rajoy.

Hoy, Alfredo Pérez Rubalcaba, como no podía ser de otra manera ante la gravedad de la situación, ha puesto un límite a Mariano Rajoy para que comparezca en el Parlamento, de no producirse, presentará una moción de censura. Y ha de hacerlo, porque es la única alternativa democrática para garantizar que en este país aún nos queda dignidad democrática.

Evidentemente, todo parece indicar que la hipotética moción de censura será tumbada por el Partido Popular y su rodillo absoluto. Pero eso no ha de servir para justificar la inacción de la oposición. Es tiempo de consensos, de negociación y de política con mayúsculas, no lo es de la búsqueda de prebendas o pequeños logros partidarios, ni de defensa del pequeño cortijo de cada uno, tal y como he oído en los medios, en declaraciones de grupos nacionalistas. Es tiempo de España, de futuro, de progreso, de Democracia y de una nueva transición que acabe de una vez con todas con la corrupción como ingrediente fundamental y piedra angular de la actuación de algunos partidos políticos y de sus dirigentes.

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