jueves, 4 de julio de 2013

Golpes de Estado contra la Democracia

Los militares han llevado a cabo un Golpe de Estado en Egipto, contra un gobierno elegido democráticamente y legítimamente constituido. Conviene remarcar contra quién se ha llevado a cabo el Golpe de Estado, ya que en los últimos tiempos nos hemos “acostumbrado” a casi todo o al “todo vale”, en función de cómo nos convenga.

Observo con vergüenza y asco, como algunos medios de comunicación continúan apoyando y justificando Golpes de Estado “contra gobiernos democráticamente elegidos y constituidos” en base a una “libertad” mal entendida. Caen en el error incluso las personas que otro tiempo combatieron y sufrieron la represión de un régimen totalitario.

En los últimos años hemos asistido a Golpes de Estado o intentos en lugares como Venezuela, Honduras, Níger, Ecuador, Bolivia, entre muchos otros. Hemos asistido al derrocamiento violento de dictadores, guerras preventivas, fabricación de pruebas falsas, asesinato de terroristas, detención de espías que han denunciado los abusos y las malas prácticas de los gobiernos democráticos, apoyo por parte de potencias democráticas a procesos revolucionarios y un largo etcétera de movimientos violentos.

El Mundo ha cambiado, la globalización militar y de la violencia es para muchos un “daño colateral” inherente a la consolidación de un modelo de convivencia que consideramos “único, verdadero y posible”. Al final, con nuestras acciones, nuestros silencios y nuestras complicidades podemos estar dando justificación y victoria a quienes ven la “violencia” como una “herramienta” más.

Nos equivocamos si pensamos que esa violencia es controlada y controlable. Hasta la fecha, las potencias democráticas que apoyan esta “violencia buena”, en mayor o menor medida, han conseguido controlarla, pero el tiempo demostrará que la violencia siempre es violencia y no responde a la razón.

En el caso de Egipto, las potencias democráticas apoyaron la caída de Mubarak , ahora parecen respaldar la intervención del ejército contra un Presidente democráticamente elegido ¿Qué será lo próximo? ¿Nos decimos demócratas sólo cuando nos interesa quien triunfa en los procesos electorales? ¿Existe democracia de “dos velocidades”? ¿E s democrático apoyar golpes de Estado contra Gobiernos Democráticos? ¿De verdad no existe una alternativa democrática a los desmanes de los regímenes islamistas integristas? ¿Cómo justificamos la supremacía de los gobiernos democráticos sobre otro tipo de regímenes? ¿Con violencia?

No existe ningún argumento que justifique el empleo de la violencia, mucho menos, cuando se trata de regímenes democráticos. La democracia no ha de imponerse, ha de ser fruto de la libertad de elección de las personas, fruto del convencimiento y la fuerza democrática de sus gentes. Si creemos en la democracia como sistema de convivencia pacífica y justa de las personas, no podemos caer en el atajo de la violencia para imponerla. Las sociedades, las personas evolucionamos en función de las circunstancias y la cultura democrática se asienta sobre un poso de tiempo y reflexión.

Por encima de cualquier otro argumento, estrategia o interés ha de prevalecer la Democracia, con mayúsculas, sin atajos, en caso contrario, podremos llamarnos cualquier otra cosa, de ninguna forma Demócratas. Deseo pues que Egipto encuentre su camino democrático y que fruto de la reflexión colectiva, destierren la violencia y sobre la base de la Paz, la Libertad y la Justicia, construyan una Democracia Sólida y Duradera.

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