La pregunta podría tener una respuesta amplísima en un
Congreso Ordinario, con una Ponencia Marco, con Resoluciones y Dictámenes.
Pero, en esta ocasión nos encontramos ante un Congreso Extraordinario. Podemos
calificarlo de extraordinario para nuestro partido, el PSOE, porque hemos
tenido la oportunidad de elegir de forma directa, secreta y libre, a la persona
que ocupará la secretaría general, entre todas y todos las compañeras y
compañeros que formamos esta familia.
Será por tanto un congreso en el que no habrá
sorpresas, la posición política, la base sobre la que elaborar un programa
electoral, la alternativa al reto de las tensiones territoriales, y en
definitiva, las líneas maestras a seguir, las hemos marcado a lo largo de dos
años, donde hemos debatido, discutido y confrontado ideas y planteamientos, de
puertas a dentro y también de puertas afuera, abriendo nuestra reflexión a
aquellos colectivos o personas a título individual que han querido participar
en la reflexión común. La Declaración de Granada y la Conferencia Política,
fueron los ámbitos en los que hemos plasmado nuestra alternativa.
¿Qué queda entonces? Pues un aspecto fundamental: la
Unidad e Integración de las diferentes sensibilidades dentro de la casa común
que es el Partido Socialista Obrero Español. Tenemos ante nosotros unos retos
sociales, territoriales, internacionales y políticos, muy importantes y
complejos, que requerirán de una respuesta rápida, medida y consensuada. No
podemos permitirnos el lujo de prescindir de ninguna opinión, de ninguna
persona, corriente de pensamiento, etc. Para ello, todas y todos debemos ser
conscientes de que este proyecto para salir a delante necesita LEALTAD tanto de
arriba-abajo, como de abajo-arriba, como en el mismo nivel.
En el ámbito internacional deberían salir sendas
declaraciones de condena contundente a la violencia en Gaza y contra el secuestro de 200 Niñas en
Nigeria. Debemos colocar al PSOE nuevamente en la vanguardia de la Paz, el
Diálogo y la Convivencia Pacífica entre diferentes.
Es tiempo de concretar en soluciones todas nuestras
reflexiones, todas nuestras resoluciones en un programa conciso, breve y claro,
entendible por todos los espectros de la sociedad. Programa que hemos de
conocer a la perfección y difundir cada una y uno en nuestro ámbito, bajo la
dirección marcada por los órganos ejecutivos, con un objetivo claro: reconectar
con la sociedad. Aparquemos pues el
nosotros durante un tiempo y centrémonos en la sociedad.
No quiero decir con ello que debamos dar el proceso de cambio por
concluido con el Congreso, por supuesto que quedan muchos aspectos internos
mejorables, trabajemos en ellos, pero sin perder de vista la prioridad en la
búsqueda de soluciones para la ciudadanía. Reflexionemos pues a cerca de la
conveniencia en la rendición de cuenta de nuestras y nuestros delegados, sobre
el compromiso y la corresponsabilidad de decisiones entre todas y todos, sobre
el avance democratizador de la organización, la confección de listas, las incompatibilidades,
etcétera. Hagámoslo sin miedo, con debate, como siempre, pero sin necesidad de
que nuestras diferencias aparezcan constantemente en los medios de
comunicación.
Tenemos por delante primarias municipales, confección
de listas, elecciones municipales y autonómicas,primarias abiertas
para la cabeza de lista al Congreso de los Diputados y elecciones generales. Transformemos cada uno de
estos procesos en una oportunidad de mejora, demostremos con hechos que hemos
entendido el mensaje de las urnas, que cambiamos para mejorar, para mejorar
nosotros, pero sobretodo para mejorar la sociedad en su conjunto. Afrontemos
estos retos con determinación, fuerza y valentía, desterremos el miedo y el
inmovilismo.
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