Comienza la campaña para las elecciones del próximo 25
de Mayo. Las primeras elecciones en las que elegiremos a un Presidente de
Europa Democráticamente. En los últimos tiempos la desafección hacia la
política y en particular, el rechazo a todo lo que tiene que ver con Europa, ha
alimentado tanto el euroescepticismo como el anti europeísmo. Caldo de cultivo
para los extremismos populistas de los
tradicionales espectros ideológicos: derecha e izquierda.
La hegemonía ideológica conservadora en la última década
ha contribuido de forma determinante a esta situación. Lo ha hecho porque sus
dirigentes han impuesto su visión insolidaria e individualista de una sociedad
mercantilizada, donde el capital se impone al trabajo y donde los beneficios
sociales son interpretados como un gasto innecesario. En definitiva, han
impuesto la “Selección Social de las Personas”, quienes tengan fuerza, capital
y poder y se adapten a los cambios en el mercado sobrevivirán. Mientras los más
débiles sin recursos se quedarán por el camino.
Aquí radica la importancia de las elecciones del
próximo 25 de Mayo: Debemos de votar si rechazamos este modelo conservador de
Europa, con unas políticas sociales y económicas que nos han conducido al
desastre, con las que pretenden sacarnos de esta situación, sacrificando para
ello nuestros derechos, nuestras condiciones laborales y prestaciones sociales,
mientras el capital que ha generado la situación continúa recogiendo pingües
beneficios.
La alternativa pasa en exclusividad por configurar una
mayoría socialista-socialdemócrata, representada por el Partido de los
Socialistas Europeos (PES) que cambie el rumbo de Europa. En definitiva, que
vuelva a los orígenes de aquella Europa que anhelaba la unidad, que pretendía
construir un espacio común y solidario de convivencia y que hoy 9 de Mayo
celebramos. Porque la alternativa no pasa por atomizar el voto, ni está en
juego el fin, como pretender hacernos creer algunas fuerzas políticas, del
presunto bipartidismo. Está en juego Europa como proyecto y potencia global,
todo lo demás son argucias electorales que, a lo sumo, lograrán colocar
pequeñas voces imperceptibles en un Europarlamento de 751 eurodiputados/as.
Apostemos por una mayoría progresista clara, paremos
los pies a la derecha ultraconservadora, pongamos límites a los desmanes de los
últimos tiempos. Confiemos pues en el Partido de los Socialistas Europeos para
conformar la mayoría cualificada del cambio.
Otra Europa es posible, la Europa de las personas, la
Europa que potencie el empleo digno y de calidad, con un Salario Mínimo Europeo
Común, la Europa que potencia el I+D+I y protege su Industria en un mercado
globalizado, la Europa que flexibilice los plazos para el cumplimiento del
déficit, la Europa que ponga en marcha una “Troika Social” donde los agentes
sociales complementen a los agentes políticos y potencien la protección de las
personas de forma preferente, la Europa que acabe con el secreto bancario, que
persiga los paraísos fiscales, que ponga en marcha de forma urgente la “Tasa Tobin”
sobre las transferencias financieras, la Europa que luche contra la pobreza y
la defensa de los derechos humanos, la Europa de la igualdad de género, de la libertad de elección de las
mujeres, la Europa que acabe con la pobreza energética.
Esa Europa diferente, más social, más solidaria, más
unida y más cohesionada, es posible. Si queremos alcanzarla debemos votar el
próximo 25 de Mayo y debemos mostrar un apoyo mayoritario a la única fuerza que
tiene opciones reales de configurar la Europa Alternativa.
Feliz día de Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario