Reapareció en escena el anteriormente conocido como doberman del PP y ahora conocido simplemente como FAC. Haciendo gala de su desbordante personalidad y populismo no ha dudado en poner a su formación política sus propias iniciales. Ha recurrido en su muy anticipada “pre”-campaña, campaña y post-campaña a citas de ilustres asturianos y españoles en su discurso. Su programa se tiene principio y fin en él mismo, él por el mero hecho de ser quien es, sería suficiente garantía para contar con el apoyo mayoritario del electorado, y no ha sido así, ha logrado un diputado más que la FSA-PSOE y de momento ha logrado formar gobierno.
Después de meses ha logrado cambiar a los cargos de confianza, pero su principal labor ha sido y es buscar en los cajones del Principado cualquier metedura de pata, error, corruptela o desliz del anterior gobierno socialista, a fin de enmierdar todo lo que huela a FSA. Hasta la fecha no hemos conocido ninguna propuesta concreta, ninguna política a seguir, ninguna hoja de ruta a seguir, sólo MIERDA.
Observamos propuestas contradictorias y declaraciones fuera de lugar de los Consejeros de turno, siempre ensombrecidos por la todopoderosa sombra del Presidente. Siempre que desde una Consejería se presenta una medida polémica, raudos y veloces los voceros FAC salen apresurados a desmentir cualquier tipo de medida en ese sentido, hablo por ejemplo de los cambios que presuntamente se querían realizar en la dedicación exclusiva de los médicos.
Estos días vuelve a salir a la luz una nueva declaración de un Consejero enmierdando la vida pública, en este caso en el Centro Cultural Óscar Niemeyer, han proclamado a los cuatro vientos graves irregularidades incluso constitutivas de delito, por parte de los administradores del Centro, perjudicando enorme y alegremente la imagen de un centro que se creo a fin de ser orgullo y patrimonio de los ciudadanos avilesinos y asturianos. En la misma semana que lanzan duros ataques al Centro, reclaman para sí la Presidencia del mismo, justificada en la inversión que ha llevado a cabo el anterior Gobierno del Principado.
Por el medio de estas salidas de tono, hemos conocido la intención de FAC de presentar candidatura a las elecciones generales del 20-N en Madrid, incluso se habló de la posibilidad de que Mª San Gil encabezase la candidatura, opción que la aludida rechaza frontalmente.
Algunos en momento dijimos que este personaje volvería con afán de revancha contra sus antiguos compañeros, que su interés no se encontraba en Asturias y que sus intenciones debían ponerse en cuarentena, así como su capacidad de gobernar. Hoy podemos verificar que este señor continúa en campaña permanente, que sólo busca publicidad y protagonismo y sobretodo que no piensa tomar ninguna medida drástica hasta pasadas las elecciones generales, por miedo a sufrir una pérdida importante de votos.
Probablemente muchos de quienes le han votado lo han hecho con intención de que hiciese algo distinto, incluso muchos le han votado sin compartir su ideología, pero no es menos cierto que muchos confiesan su error y su decepción por la inoperancia de un gobierno novato, que anuncia y rectifica posturas y que no toma decisiones, por su debilidad parlamentaria, a pesar de que sus actitudes despóticas presumen que gozan de holgada mayoría absoluta.
Son tiempos difíciles para Asturias y para España, asistimos a una rendición de los ciudadanos, a una entrega de los derechos adquiridos, en definitiva del Estado del Bienestar a las élites poderosas que, lobos disfrazados de corderos representan las derechas. El 20-N los ciudadanos no sólo elegiremos un gobierno o un presidente, ese día puede ser el comienzo de un camino de no retorno en nuestra forma de vivir y la de nuestros hijos, por ello, debemos reflexionar sobre cuáles son las posiciones, las intenciones y las medidas que adoptarán quienes hoy se declaran salvadores de la patria y mañana estarán dispuestos a venderla al mejor postor.
En 2011 ya no quedan grandes empresas que privatizar para engañar a los electores con el falso y fraudulento “milagro español”, por ello sólo les quedará como han anunciado en las comunidades que gobiernan la Sanidad y la Educación, pilares fundamentales y líneas rojas sobre las que nadie ha de sentirse legitimado para arrasar.
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