Esta medianoche arranca la campaña electoral del 22 de Mayo. Los partidos se cruzan denuncias por haber solicitado el voto en precampaña y algunos celebran los datos publicados por el CIS en cuestión de intención de voto, como si de resultados se tratase.
En este punto quiero aventurar quién va a ser el vencedor, muy a mi pesar, el próximo 22 de Mayo, en este caso vencedora: La Abstención. Unos plantean las elecciones como un plebiscito a Zapatero, otros tratan de acercar la campaña a los candidatos de cada Municipio o Comunidad y ninguno de ellos se plantea, al menos públicamente, por qué la gente se abstiene cada vez en mayor porcentaje de acudir a las citas electorales.
Y el elector percibe que esta despreocupación por solucionar este problema, como un síntoma de que “la clase política” está fuera de la sociedad, de sus problemas, de sus inquietudes y de sus aspiraciones. Ahí está la clave para obtener el respaldo de la ciudadanía, en diferenciarse del resto, pero no en diferenciarse por decir “y tú más” si no por plantear soluciones, por no crear más preocupaciones a la ciudadanía, por ser realmente representantes de la soberanía popular y no carceleros de los votos obtenidos.
El espectro ideológico de la derecha no es crítico con sus dirigentes, con sus actitudes prepotentes, con sus desmanes, con sus robos y fraudes al conjunto de los ciudadanos y especialmente con la corrupción, a la que exhiben con orgullo, creyéndose absueltos por abrumadores mayorías. Sin embargo, el elector perteneciente al espectro ideológico de la izquierda ha de ser y de hecho lo es crítico, incluso en muchas ocasiones llega a serlo en tal medida que opta por no participar en la consulta, convirtiendo la abstención en el refugio cada vez mayor de los descontentos de la izquierda con el Sistema.
Corresponde a la izquierda y a los partidos que se autodenominan izquierda acabar con la rigidez de la partitocracia y fomentar la participación ciudadana en la toma de decisiones. Si la izquierda no entra en esta batalla, acabará convirtiéndose en la sombra de lo que un día fue, por encima de los cargos, de los partidos, de los sueldos obtenidos, han de estar los ciudadanos.
El próximo 22 de Mayo elegimos a nuestros Alcaldes, Concejales, Diputados y Presidentes Autonómicos, que no traten de distraernos con debates nacionales o plebiscitos a la política del Gobierno Central. No podemos negar que la política Nacional afecta al resto de ámbitos de la administración y por ello, cuándo planteen esta lucha, debemos dejar claro que aún hoy, no conocemos cuáles serían las medidas que aplicarían para atajar el problema de la crisis y el paro y que aún hoy muchos de quienes obtienen pingües beneficios en multinacionales privatizadas( por sus supuestos déficits o por las pérdidas que suponían para el Estado) fueron “amiguitos del alma” de quienes hoy pretender dar lecciones de gestión.
La victoria está en la calle, en los barrios, en todos y cada uno de los ciudadanos que tienen una preocupación, un problema o una inquietud que los políticos deben escuchar, comprender y plantear soluciones.
Cuando la izquierda demuestre a los ciudadanos que existe otra forma de gobernar, otra forma de gestionar lo público y otra forma de entender el interés general por encima del particular, en ese momento las victorias se sucederán de manera encadena, mientras estaremos entretenidos, pero sin alcanzar un mundo mejor y más justo.
Hasta hoy sólo el presidente Zapatero había conseguido transmitir la imagen de que gobernaría de la mano de los ciudadanos y con éxito logró atraer a parte del electorado a la izquierda del PSOE. Sin embargo, la gestión de la crisis y las medidas económicas de ajuste han hecho que se perdiera esa conexión con los ciudadanos, de ahí la importancia de que cada candidato consiga atraer y estar cerca de los ciudadanos, teniendo muy presente siempre que sólo es un representante, un servidor de los ciudadanos, incluso de quienes no le voten.
1 comentario:
Como no me creo que en los partidos políticos estén metidas las poeres personas de la sociedad, (los más corruptos, los menos izquierdosos, los más ultraderechistas, los más cómodos e inoperantes, los más materialistas, los más interesados, los más meapilas, los menos idealistas, los peorores militantes, ...) es de lógica pensar que la sociedad actual en su conjunto se ha 'dulcificado' tanto; se ha 'tibiatizado' tanto; se ha adocenado tanto; se ha apoltronado tanto, que pasa lo que pasa.
Y que se salve el que pueda, que no se trata de echar raseros totalizantes. Lo que es muy cómodo y tentador es echar las culpas a los demás.
Saludos,
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