El siete de Febrero de 2011 puede llegara pasar a la historia de España y del País Vasco, como el día en que se definieron las bases para terminar con la etapa más negra de la democracia: la violencia terrorista etarra y su justificación política por parte de los grupos separatistas vascos autodenominados izquierda abertzale.
Hemos asistido a la representación formal de la ruptura entre ETA y la antiguamente conocida Batasuna. En este punto cabe recordar que tanto los tribunales nacionales como los internacionales han considerado los dos entes como partes indivisibles de un conglomerado de terror y extorsión.
Desde hace mucho tiempo la sociedad, los partidos políticos e incluso muchas personas del entorno abertzale consideraban que había llegado el momento de apostar clara, única e inequívocamente por cauces democráticos, para lograr las aspiraciones políticas pretendidas.
Tras la larga lista de crueles, viles, traicioneros e injustificables asesinatos cometidos por los terroristas de ETA y la siempre connivencia, amparo y justificación de su brazo político, los demócratas miramos con cierto recelo la constitución de esta nueva fuerza política que busca ocupar el espectro político dejado por la ilegalizada Batasuna. Nos inquieta que las mismas personas que antes pertenecían a Batasuna y justificaban los asesinatos de ETA, los mismos que en los ayuntamientos amedrentaban y amenazaban a los concejales democráticamente elegidos, hoy se nos presenten como demócratas, acatando a raja tabla y quizás en algunos casos a regañadientes la Ley de Partidos.
Se nos puede hacer difícil la nueva situación, más aún cuando este partido nuevo pretende presentarse a las elecciones municipales del mes de Mayo. Muchos podrán pensar que se trata de una nueva trampa de ETA-BATASUNA para colarse en las instituciones democráticas y acceder a la financiación de la que se vieron privadas con la ilegalización de Batasuna, que es precipitado que participen en estas elecciones y muchos pretenderán exigirles un plus de compromiso, algunos plantean que no puedan presentarse en un plazo determinado. Pero eso depende ya única y exclusivamente de los Tribunales de Justicia.
Algunos de los que hoy plantean la posibilidad de levantar barreras inquebrantables a la participación de esta nueva formación en los próximos comicios, por el hecho de que muchas de las personas que hoy promueven este nuevo partido, anteriormente pertenecieron a la ilegalizada Batasuna, son los mismos que en su día se opusieron a romper con el franquismo, los mismos que votaron NO a la Constitución que hoy dicen defender, los mismos que en la dictadura franquista tuvieron puestos de responsabilidad política y son los mismos a los que nunca se les ha pedido NINGUNA demostración adicional que la aceptación de los principios democráticos, ni colectiva ni individualmente.
Las personas que realmente creemos en la Democracia, las que creemos que las Democracias, las Banderas y las Constituciones NUNCA pueden ser propiedad de nadie, si no de la voluntad de la Soberanía Popular y los que siempre han creído en los principios democráticos, observamos con prudencia estos movimientos, pero debemos reconocer que si cumplen la Ley y los Tribunales así lo avalan no tenemos otra opción que aceptar la participación democrática de este nuevo partido.
1 comentario:
totalmente de acuerdo muy acertada todo el articulo
Publicar un comentario