Un extraño día este primero de Enero de 2011. Estrenamos el año con la baja de Francisco Álvarez Cascos como militante del Partido Popular, tras una larga trayectoria en el mismo, habiendo ocupado los cargos de Secretario General y Ministro bajo estas siglas.
En los últimos tiempos, en el PP de Asturias se abrían nuevamente las viejas heridas sin cicatrizar entre casquistas y oficilistas,en esta ocasión a raíz de la designación de candidato para las elecciones de Mayo.
Cascos se había ofrecido al Partido como un valor seguro y había vuelto a tomar protagonismo, portadas, polémicas, en definitiva se había dejado querer nuevamente, por esa parte del partido que aquí en Asturias y en el resto de España, le concede la categoría de semidivino y que veían como el poder de Gabino se incrementaba con la designación por parte del partido en Asturias de Pérez Espinosa como candidata.
Hoy se pone fin a la eterna y esperada por algunos, vuelta milagrosa de Cascos, un político del que, salvo en esta última temporada, los asturianos no teníamos mucho conocimiento de su situación y su preocupación por esta región.
Sus opositores de adentro, le acusan de tratar de romper el partido una vez más, como ya sucedió en la década pasada. En principio, parece ser que algunos de sus partidarios seguirán su ejemplo y presentarán la baja. Tal vez esto sea el germen de un nuevo partido en Asturias, el tiempo nos dirá si este animal político tira la toalla definitivamente o pretende plantar batalla contra sus excorrelegionarios. Si decide el último camino, puede que logre algún diputado autonómico, restando votos al PP asturiano.
Mientras la izquierda asturiana continúa frotándose las manos, ya que el mayor representante del antisocialismo, está favoreciendo con su actitud, que el PSOE logre nuevamente la llave para un nuevo gobierno socialista en esta región.
Con este caso se demuestra la falta de visión de los partidos, que prefieren perder elecciones, gobiernos y militantes, antes que ceder poder orgánico, logrando la integración de todas las sensibilidades en una candidatura común.
Hoy, por suerte, toca en el PP, pero mañana puede suceder en cualquier otro partido, por tanto, aprendamos de los errores y pensemos que el futuro de un partido y de un proyecto político se construye a base de conseguir el equilibrio entre todas las sensibilidades.
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