En estos días en los que todos hacemos un gesto de buenas intenciones y propósitos para el nuevo año, que derrochamos sin control, no debemos olvidar a ciertos colectivos que quizás no puedan celebrar estas fiestas.
Por ello, hemos de mencionar a los millones de parados que existen en España y en el Mundo, a los soldados desplazados a otros países, a los soldados muertos defendiendo la paz, a los enfermos, a los pobres que no tienen una atención mínima y carecen de medios para sobrevivir, a los miles de niños que cada día mueren de hambre o de sed, por carecer de algo tan básico como es el agua, a los refugiados políticos, a los desplazados por las guerras, a los presos detenidos por defender la libertad, a los castigados injustamente, a los miles de esclavos, niños soldados, a los religiosos, voluntarios, misioneros, que abandonaron sus hogares para luchar por un Mundo más justo.
A todos ellos/as que han sacrificado su felicidad o su posición social por dedicarse a los demás: GRACIAS. Porque nuestra sociedad no sería justa si no reconociese esta labor, ya que por encima de creencias políticas, religiosas, culturales, etc. Está el ser humano.
Para el Nuevo Año un último deseo de Felicidad para todas esas personas y un mensaje de fuerza y gratitud para afrontar los nuevos retos.
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