lunes, 28 de julio de 2014

Primeras impresiones tras el Congreso Extraordinario del PSOE


Ha finalizado el Congreso Extraordinario del PSOE. Tenemos nuevo secretario general, vencedor en unas elecciones primarias internas por amplia mayoría, Pedro Sánchez y nuevos órganos de dirección del partido.

En los últimos meses he mostrado mi preocupación por el “después” de las primarias y el Congreso. Me preocupaba que no existiese unidad en torno al nuevo secretario general y que pudieran producirse excesivas euforias entre las personas que venciesen y sonadas salidas de tono entre las personas que perdieran las primarias. Confío en que las aguas vuelvan a su cauce y todas y todos juntos trabajemos por recuperar el terreno perdido por nuestro partido el PSOE, en beneficio de nacientes fuerzas populistas y de la derecha política y social que nos gobierna.

En mi caso no existía duda de que cualquiera de los tres compañeros que ocupase la secretaría general, lo haría con una legitimidad reforzada por el respaldo de la militancia y que por tanto, debería contar con el respeto y la lealtad de toda la organización. Pedro Sánchez no era mi candidato y así lo he manifestado, ello no ha empañado la imagen del proceso de primarias, ni el compromiso con el proyecto socialista. Tampoco lo fue en su día Alfredo Pérez Rubalcaba, al que siempre he mostrado respeto y  para el que siempre pido el reconocimiento por su labor al frente de la Lucha Antiterrorista y la gratitud por haber contribuido al fin de ETA; fin que llevará para la Historia, la firma de Alfredo Pérez Rubalcaba y del PSOE.

En el ámbito interno, como secretario general  ocupó un período muy convulso y no he compartido muchas de sus decisiones, pero siempre entendí como una responsabilidad su acatamiento, sin renunciar a la crítica siempre constructiva y siempre en los cauces de comunicación internos, porque es ahí donde debemos manifestar las discrepancias, donde debemos plantear los debates, tal y como  parece que ha sucedido este fin de semana en el Congreso Extraordinario.

Es un tiempo nuevo, con una Ejecutiva, en términos generales y generacionales, próxima a mí. A priori no debería ser ni mejor ni peor, simplemente distinta y lo agradezco, porque personalmente considero que era una pieza fundamental para este nuevo PSOE un cambio de responsabilidades en la dirección federal. Evidentemente nunca se toman decisiones que agraden al 100% de la militancia, ni al 100% de la sociedad, como no podía ser de otra forma.

Corresponde a Pedro Sánchez y a su equipo poner en marcha los cambios a los que nos hemos emplazado, desarrollar el contenido de la Conferencia Política, elaborar un programa electoral ilusionante, conciso y claro, para que podemos explicarlo y que nuestros interlocutores lo comprendan con facilidad. Repito desde hace tiempo que “debemos prometer lo que vayamos a cumplir y debemos cumplir lo prometido” y hoy he escuchado al mi secretario general esta declaración de intenciones. Ambos entendemos que no podemos crear falsas expectativas que lleven a la frustración a una sociedad castigada por los recortes, la precariedad y la pobreza.

Me han causado buenas impresiones sus primeras declaraciones públicas, también en el ámbito territorial, el modelo federal, la laicidad, la lucha contra la corrupción y contra la brecha social. Y lo han hecho porque ambos pertenecemos a la misma organización política centenaria, el PSOE, porque ambos tenemos los mismos objetivos de justicia social.  Espero participar con  un pequeño grano de arena en el nuevo proyecto de modernización de España, contribuyendo de manera constructiva al camino marcado por Pedro Sánchez y su ejecutiva. Por lo pronto, reclamo para estas y estos compañeros un voto de confianza y que les dejemos asentarse, comenzar a rodar y marcar sus líneas de actuación, antes de caer en críticas precipitadas y por tanto, injustas. Mucho ánimo a las y los compañeros, mucha suerte y acierto en vuestras decisiones.

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