Esta madrugada han comenzado las campañas electorales en Asturias y en Andalucía. En Andalucía porque se ha agotado la legislatura y en Asturias porque el presidente del Gobierno FAC (Francisco Álvarez Cascos) ha sido incapaz de negociar con el resto de grupos un presupuesto adecuado a los tiempos de crisis que vivimos.
A priori las encuestas en Andalucía pronostican una victoria por mayoría absoluta al PP, aunque una victoria un poco ajustada, les quedan por tanto quince días de infatigable campaña para tratar de movilizar el voto. En Asturias dan la ventaja nuevamente (las elecciones de Mayo otorgaron la victoria en votos a la FSA-PSOE) al PSOE, aunque en un escenario abierto a la negociación con el resto de grupos.
Ante las elecciones del 25-M las candidaturas se han renovado, especialmente la del PSOE, que ha incorporado valores jóvenes, comprometidos y sobretodo dispuestos a llevar la complicada labor de gobernar Asturias.
Los asturianos el próximo 25-M elegimos entre el inmovilismo, la bronca, la confrontación y el insulto o la seriedad, la responsabilidad, el diálogo y la consolidación del Estado de Bienestar. Por ello, la alternativa a la desastrosa situación que hemos vivido estos diez meses de desgobierno e insulto por parte de las derechas es gobierno de la izquierda. Se hace imprescindible que el próximo 25-M l@s asturian@s acudamos mayoritariamente a ejercer nuestro derecho al voto con independencia de que opción elijamos, pero al tiempo, conscientes que de nuestro voto dependerá la estabilidad o no en Asturias, pilar básico e irrenunciable en un momento como el actual.
Los dos candidatos a gobernar Asturias de las derechas han decidido hacer una campaña de guante blanco en la que se lanzarán pequeñas puyas entre amiguetes, pues debemos recordar de dónde vienen el uno y la otra, antaño amiguitos del alma. Y es que en el fondo entre las dos derechas no existe diferencia, ahora menos aún que en las anteriores elecciones. Asistimos día sí y día también a la escenificación de la pleitesía de FAC al PP en el Congreso en la reforma laboral o los ajustes para reducir el déficit por ejemplo. También estos apoyos y estas coincidencias han de ser tenidas en cuenta por l@s asturian@s cuando reflexionen sobre su voto, esos apoyos no son gratuitos y forman parte de una estrategia conjunta de eliminación de cualquier parcela de público, por ámbitos y gestiones privadas.
Recordemos también cuáles han sido las actitudes de un@s y otr@s en asuntos tan relevantes económica, política y socialmente importantes para Asturias, como son el Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer y su conversión en un recinto ferial al uso, la posición ante los ERE y las amenazas de deslocalización de multinacionales industriales, la posición ante la gestión de la Educación y la Sanidad (hasta ahora de ámbito público), los problemas surgidos en el mercado y las empresas audiovisuales, la reforma laboral, la posición ante la eliminación de los fondos mineros, la Laboral, el puerto del Musel, la ZALIA, la Semana Negra y un largo etc de problemas que no existían antes del 25 de Mayo de 2011 y que han generado enfrentamiento, desilusión, frustración y enfado entre l@s asturian@.
Y si analizamos las posiciones de unos y otros, llegaremos a la conclusión de que un gobierno de las derechas agravaría aún más estos problemas generados por ellos mismos y su falta de entendimiento o su entendimiento interesado cuando de establecer bases para la privatización de servicios básicos y recortes se trata.
Tras la desastrosa gestión de la victoria en escaños llevada a cabo por las derechas asturianas, l@s asturian@s no nos merecemos alargar más la agonía, por ello debemos contribuir activamente a que las izquierdas sumen en votos y en escaños, una amplia mayoría que facilite un gobierno estable, serio y responsable, conocedores de que esta circunstancia se está dando en ayuntamientos y se ha dado en otras ocasiones en el Gobierno de Asturias. Es posible un parlamento con mayoría de izquierdas y en este momento tan difícil se ha convertido en imprescindible.
En cuanto a preferencias he de decantarme por Javier Fernández como próximo presidente asturiano, por su seriedad, responsabilidad y su talante abierto al diálogo, a demás de por su trayectoria y por el equipo que le acompaña, sin el cual la candidatura no sería una alternativa real de gobierno, fruto de la reflexión, el cambio solicitado por l@ asturian@ y el alejamiento sufrido en las pasadas elecciones.
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