En el futuro inmediato nos estamos planteando qué PSOE queremos para los nuevos tiempos y qué ha de representar ese nuevo PSOE. En este artículo pretendo poner sobre la mesa el debate sobre el hecho religioso y cuál considero la posición adecuada en este asunto.
La actual Constitución Española proclama que España no tiene una religión oficial, la Aconfesionalidad del Estado y la especial relación del Estado con la Iglesia Católica en su artículo 16 . Tras 40 años de dictadura y 36 de Democracia, poco ha cambiado de la posición de Iglesia en la Sociedad Española. Continúa teniendo privilegios en materia fiscal, social y educativa, produciéndose una situación anacrónica en un país del Siglo XXI.
Todo el mundo puede comprobar que los apoyos en cuanto a número de creyentes, actos religiosos católicos y manifestaciones públicas de adhesión a la Iglesia Católica se han reducido considerablemente, en gran medida por su lejanía de la realidad que viven los ciudadanos.
El PSOE como partido de futuro y soporte fundamental del Estado ha de posicionarse claramente a favor de la Constitución y de los ciudadanos. Es tiempo de reclamar el cumplimiento escrupuloso de la Constitución, es tiempo de fijar unos plazos concretos para retirar los privilegios fuera de lugar de los que la Iglesia Católica goza, utilizando los mismos para contrarrestar el avance social de este país.
La Constitución recoge el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo a sus valores religiosos, pero en ningún lugar menciona que ha de ser en la Escuela. Por tanto, en aras de dar cumplimiento al mandato constitucional han de fijarse medidas como:
- La retirada de símbolos religiosos de las Escuelas o en su defecto incorporación de símbolos de las religiones practicadas en España en igualdad de condiciones.
- Supresión de la asignatura de Religión Católica y sustitución por una asignatura que explique las diferentes religiones del mundo y la ausencia de creencias por parte determinadas personas, para ello se hace inevitable que los profesores sean nombrados por la Administración y no por ninguna autoridad religiosa.
- Eliminación de la participación religiosa en los actos públicos de la Administración. Ello no implicaría la libre manifestación de las creencias religiosas o las manifestaciones con especial arraigo, como el caso de las procesiones.
- Revisión del Concordato con la Santa Sede o supresión en su caso.
- Revisión de las subvenciones concedidas a la Iglesia Católica. En el caso del Patrimonio Histórico y Cultural, el Estado debería encargarse directamente de su mantenimiento y conservación.
- Eliminación de la asignación a la Iglesia Católica en el IRPF. En su lugar, debiera incorporarse una opción de “libre asignación” en la misma debería consignarse la denominación legal de la entidad, asociación o fundación a la que se decide destinar la aportación determinada en este punto del impuesto, así como el número de identificación fiscal de la misma.
Debemos dejar claro que las decisiones democráticas adoptadas por la Soberanía Popular depositada en los Parlamentos no puede someterse bajo ningún concepto, ni cuestionarse en todo momento por una Jerarquía Eclesiástica anclada siglos atrás.
Todas ellas son medidas arriesgadas, duras y que requieren una clara explicación a la sociedad, por ello, ahora desde la oposición es tiempo de trabajar este campo y plantear avances importantes en este asunto, de modo que una vez que los ciudadanos devolviesen mayoritariamente la confianza al partido, este no se viera prisionero de la jerarquía eclesiástica.
4 comentarios:
Importante artículo, Pelayo, dado los momentos que atravesamos los socialistas en estos días precongresuales.
No obstante, me temo que a ti, a mí y algunos más, nos taparán la boca esgrimiento esa ambigüedad tan calculada del artículo 16.3 de la Constitución:
... Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica ...
El que lo coló ahí no era nada de tonto el tío.
Con esa frasecita querrán justificar la legalidad de figurar en la declaración de la renta como beneficiarios. En el cobro de otros dineros, por la gracia de dios. En la omnipresencia de todas las escuelas, institutos y universidades del Estado. En ejercer el monopolio de las ayudas a los pobres en extrema necesidad. En la presencia —con graduaciones militares— dentro del ejército. En la presencia en hospitales de titularidad estatal. En el monopolio de los funerales de Estado. En manifestaciones callejeras con presencia de bandas, ejército y autoridades políticas. En ...
(Bueno, esto no tiene fin)
Pero no dudes de que los leguleyos de la secta vaticana siempre desmentirán a todo el que quiera afirmar que la Constitución hable de "aconfesionalidad" o de "laicidad".
Saludos,
No puedo estar más de acuerdo contigo, Pelayo. La Iglesia no debería llevarse tanto dinero (yo diría nada) de un Estado definido como Aconfesional y esto hay que conseguirlo. Si bien no será tarea facil puesto que como dice Jesús Herrera nuestra Constitución no solo es incompleta y ambigua sino que dice mucho más de lo que parece porque "la hizo quien la hizo" y esa es nuestra herencia... Salud y república
Bueno, la iglesia también tiene algunas cosas buenas. No trasciende tanto en los medios, en estos tiempos de crisis, la humanitaria labor que las iglesias, hermandades y pequeñas asociaciones parroquiales hacen con comedores para gente sin recursos y otras actuaciones benéficas.
En primer lugar quiero agradecerte la visita a mi blog.
Respecto a tu planteamiento, por un lado reafirmar que en mi reflexión planteo el respeto a la religión católica y a los católicos, igual que a cualquier otra religión. Así como el cumplimiento de la Constitución, en tanto en cuanto no se reforme.
Por otro lado, mi posición respecto a la Iglesia y a los que desde mi humilde punto de vista, representan los valores que defiende la iglesia católica, lo expongo en el siguiente enlace a mi blog: http://elcuadernodepelayo.blogspot.com/2010/11/visita-de-ratzinger-espana.html#more
En el comprobarás que siempre diferencio entre la élites privilegiadas de la iglesia católica y los que realmente trabajan por los demás, merecedores de todo mi respeto y admiración, como los miles de voluntarios laicos o de otras religiones que sacrifican sus vidas, por la entrega a los demás.
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