Hoy se cierra la campaña electoral más Light de los últimos tiempos. El comienzo de la misma con un debate de guante blanco, hacía preveer que el candidato socialista iba a hacer una campaña didáctica y el candidato popular iba a tratar de mantenerse en una medida posición de indefinición, para mantener el tirón obtenido.
Por un lado, todo el mundo, incluido el PSOE dan por perdidas las elecciones para este partido, la cuestión es saber si el batacazo será monumental o histórico. Y esas andan tratando de minimizar el impacto de la victoria popular. Por otro lado, los populares que dan por ganadas las elecciones, tratan de no mover ficha, de permanecer como pacientes cazadores, esperando a que la presa sucumba a sus encantos.
En los últimos días, el candidato socialista ha salido a explicar por dónde llevaría su hipotético gobierno, de dónde sacaría el dinero para financiar servicios que considera esenciales, qué medidas reclamaría a Europa para tratar de amortiguar los envites del mercado, cuáles son sus prioridades y qué aspectos quedarían en un segundo plano.
El candidato popular ha pasado del discurso esperanzador e ilusionante de la creación de empleo, la confianza que ofrecerá a los mercados, las iniciativas para ayudar a las PYMES y a los autónomos, a la posibilidad de revisar la gratuidad de las recetas en función de la renta, al crear empleo “al final de la legislatura”, al salir de las crisis “en función del panorama internacional”, al “el gobierno ha recortado los sueldos a los funcionarios y nosotros lo vamos a dejar así”, al “subir los impuestos no está en la esencia de nuestro partido, pero en función de la situación”, al “nosotros revisaremos las pensiones en enero “en función del IPC”, que no quiere decir que vayamos a subirlas”, al “no yo tengo una barita mágica”,al “muchos saldrán a la calle cuando Rajoy anuncie las medidas que hay que tomar para salir de la crisis” y largo “mire Usted, Quizás, Tal vez, Puede, en la Medida que, en Función de”. Y toda esta indefinición en las sucesivas entrevistas, le ha llevado a cancelar algunas pendientes, para no tener que "mojarse" más aún.
Tal es la confusión creada, no ya entre los electores, que tienen muy clara la oposición frontal al PSOE, si no en lo que llamamos “mercados” que aún teniendo la certeza de que Rajoy será presidente, continúan atacando la deuda española, situando la diferencia con el bono alemán a diez años en los 500 puntos y obligando a pagar un 7% de interés por esa deuda. Las cosas no son fáciles y no se solucionarán de la noche a la mañana, eso lo tenemos una gran mayoría claro, habrá que hacer ajustes, debemos exigir a Europa la implicación en la solución, pero sería de agradecer que el “presidenciable” Rajoy nos dijese qué medidas concretas prevé tomar, para que los ciudadanos decidamos si es la mejor opción o no, y si estamos dispuestos a sacrificar ciertos derechos para cumplir con la UE.
Por último en esta campaña, he observado que es la primera vez que Europa forma parte de la campaña, porque en las elecciones europeas siempre se habla de casos de corrupción, de política nacional, local y autonómica y nunca de Europa. Bien es cierto, que se echa en falta por parte de los candidatos que no cuestionen las medidas erróneas puestas en marcha por el Eje Frano-Alemán y la no exigencia de responsabilidades en el contagio de la crisis entre los países periféricos.
2 comentarios:
El batacazo va a ser las dos cosas. Monumental e histórico.
Según Elena Valenciano (hoy en 'los desayunos de la 1'), no se puede decir lo que se va a hacer hasta que no se produzcan las reuniones correspondientes en Bruselas. Lo que vale para unos vale para otros.
¿Y quién lo duda? La diferencia es que unos hace años que venimos diciendo que la solución ha de ser europea y otros se limitaban a echar mierda encima del gobierno.
La famosa varita que decían tener, ahora que ven cerca el gobierno no la ven aparecer por ningún lado y tratan de ponerse la venda antes de la herida.
Por fin acabó la campaña.
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