Este fin de semana hemos sufrido un ataque por parte de uno de esos colectivos, cuyas protestas nos afectan a todos debido a la labor que desempeñan. Los controladores aereos españoles abandonaron masivamente sus puestos de trabajo, de forma premedita y coordinada para causar el mayor caos posible en pleno puente de la Constitución. Para su efectividad contaban con el viaje tanto del Rey como de Zapatero a la Cumbre Iberoamericana. Sin embargo, este último canceló su viaje a última hora. Con estas premisas el caos creado en el país hubiera sido de grandes magnitudes.
Las primeras horas fueron traumáticas para muchos ciudadanos que veían como perdían acontecimientos familiares, reuniones o simplemente vacaciones. El espacio aéreo español quedó cerrado. El ejecutivo decreta el Estado de Alarma y los militares toman el control de la situación.
Han sido muchos los que han criticado esta posición del Gobierno,ya que afirman que se trata de un conflicto laboral entre Aena y los Controlodadores y que este decreto ha sentado precedente y cualquier Gobierno en cualquier circunstancia puede decretar el Estado de Alarma. Por otro lado, están los miles de ciudadanos que se felicitan de la rápida actuación del Gobierno, buscando una solución a la situación de Emergencia que estábamos viviendo.
Al fin los controladores han vuelto a sus puestos de trabajo. Del mismo modo Aena ha abierto numerosos expedientes y las fiscalias provinciales están preparando los argumentos para reclamar las responsabilidades oportunas.
Todos podemos comprender que un colectivo reclame mejoras en sus condiciones laborales, incluso en un caso como el de los controladores, tan criticados por sus salarios, horas de trabajo y el acceso al puesto y la promoción interna. Pero para ello, disponemos del Derecho a Huelga, con sus plazos de convocatoria, sus servicios mínimos, etc, que garantizan un servicio básico a los ciudadanos.
Puede que hayan cometido sedición, entendida como la sublevación colectiva contra la autoridad y el órden público, los tribunales establecerán en su caso las responsabilidades. Pero el daño ya está hecho y ese daño ha perjudicado tanto a los ciudadanos como a la imagen de España en el exterior.
De toda esta crisis, uno de los aspectos a destacar junto con la rápidez en la toma de decisiones del Gobierno, es la actuación tolerada, amparada, vitoreada y agradecida del Ejército Democrático Español. Con esta actuación se dá espaldarazo definitivo a la labor Democrática, Social y Eficaz de este pilar fundamental de nuestro Sistema Democrático.
1 comentario:
Lo estaban pidiendo a gritos. Llevan años echándole un pulso al gobierno sin que hiciera nada drástico y ahora como hace algo es malo,no?
Anda, que me pillan a mi y se van todos al paro, que con esto de la crisis seguro que tienes a los dos días cubiertos todos los puestos. si se merecen que los privaticen, que entonces a ver a quien echan la culpa
Publicar un comentario