El pícaro quiere acceder al Ayuntamiento con contrato indefinido por la puerta de atrás, sin importarle que para ello se esté cargando los planes locales de empleo, que durante unos meses sirvieron para atenuar su situación personal y familiar.Muestra inequívoca de lasolidaridad de embudo que muchos en España practican: Son solidarios mientras se solidaricen con ellos, luego todo cae en el olvido.
El pícaro no actúa sólo, si no que arrastra en su ambición desbordada al resto que ingenuos que ven como el pícaro, a priori, va ganando batallas, en ese momento ya no tenemos un pícaro si no cincuenta pícaros y todos poco a poco van contribuyendo a la destrucción de la sociedad.
Como siempre el pícaro se aprovecha de la buena fe de las personas, que en este caso, pensaron que la mejor manera de proteger a las personas que participaban en los planes locales de empleo, era acogerlos al Convenio de personal laboral. Craso error, una vez más el pícaro engaña al inocente, que se queda perplejo al comprobar como ha sido traicionado por la persona a la que pretendía proteger. El problema es que la justicia se basa en leyes y acuerdos y no entra a valorar las intenciones, que a todas luces en este caso son de mala fe.
Aprenderá el ingenuo a cubrirse las espaldas de ahora en adelante, tras lograr deshacer el entuerto, a comprobar todos y cada uno de los movimientos de los pícaros, a no confiar a ciegas ni en su propio hermano, hermano no tan inocente como nuestro ingenuo. Pero el pícaro seguirá al acecho, todos debemos permanecer atentos.
El problema será que por un pícaro, paguen los de siempre y pierdan la oportunidad de participar en los planes locales de empleo muchas personas que, como nuestro ingenuo, aún creen en la responsabilidad, en la solidaridad y la honradez de las personas.
4 comentarios:
el pícaro no es el malo en esta cuestión (para mi), sino quien le ha comido la oreja al pícaro con las posibilidades de quedarse fijo en el ayuntamiento. si estás en el paro y con mala perspectiva, quién está seguro de que no haría lo mismo? porque yo no
El pícaro es egoísta no malo, pero se comporta como malo y quizás el que le comió la oreja al pícaro es la oveja negra de la familia del pobre ingenuo.
Cuando se utilizan los Planes de Empleo Local para la contratación de mano de obra "barata", por parte de los gobiernos locales, es normal que puedan ocurrir cosas como esta...
En Avilés, no se si en todos los casos se ha dado la misma situación, pero en algunos se han contratado a empleados que ejercían sus labores, firmaban informes y tenían la misma responsabilidad que los "funcionarios" del Ayuntamiento, pero con salarios que en algún caso era la mitad más bajo.
Y esta es la "base legal" por la que la justicia está dando la razón a los empleados, ya que deberían haber actuado siempre como asistentes de un empleado del Ayto. Sin embargo, a algunos se les dió el poder, pero sobre todo, la responsabilidad del resto de empleados municipales.
Más que la picardía de los beneficiarios del Plan de Empleo, que la tienen, veo la incompetencia de la Secretaría General del Ayuntamiento, responsable de los temas laborales, y del interés local en el uso de mano de obra más barata
Y una última matización. Tengo entendido que la reincorporación al puesto en el Ayto. se realiza como indefinido no fijo. Es decir, indefinido con contrato por obra, que no es lo mismo que tener una plaza en propiedad en el Ayto.
En el post hablo del ingenuo como un protagonista indespensable sin el cual no existiría el pícaro.
Si consideramos que los planes locales de empleo sólo sirven para garantizar a los Ayuntamientos mano de obra barata y no tienen como objetivo paliar la situación de desempleo de los parados, incrementar su experiencia y ofrecerles una oportunidad, entonces apaga y vámonos.
¿Dónde empieza y dónde acaba la responsabilidad de cada uno? Tengo claro en esta situación quién actuó con buena intención y quién actúa a mala fe.
Lo que más claro queda es que esta situación va a suponer dinero a los avilesinos, a perjudicar a otros parados y eso no me hace ninguna gracia.
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