jueves, 21 de octubre de 2010

¿Renovación generacional o integración generacional?

La edad supone en muchos casos un hándicap a las personas tanto en la vida pública como en el ámbito privado. Todo depende de las necesidades de cada momento, así por ejemplo, hoy es común que los abuelos por muy avanzada edad que tengan, se hagan cargo del cuidado de sus nietos.

En el ámbito público o político la cosa cambia. No encontraremos a personas mayores atendiendo una discoteca o un pub, ya que en algunos casos serían mal vistos y en otros objeto de bromas.

Hasta la fecha, el presidente se había caracterizado desde
su llegada a la Secretaría General del PSOE por dejar en un segundo plano a la denominada “vieja guardia”, el motivo quizás, era dar una imagen de renovación y modernidad al partido. Ayer asistimos con el cambio de gobierno de Zapatero, a una rectificación muy sabia y acertada.

Tanto en esta legislatura como en la anterior, aunque no hayan aparecido de cara al público ni hayan ocupado cargos en el gobierno, el presidente ha tenido, en los momentos difíciles el apoyo y consejo de esa “vieja guardia” que pretendía ocultar, como el hijo cuando está delante de sus amigos y por una innata vergüenza ajena dice: “Ese de ahí es mi padre” para apresuradamente salir por piernas con su pandilla.

Las dos legislaturas han servido para demostrar por un lado, que los ministros han de ser no sólo sabios en sus disciplinas, si no también políticos y por otro, que sólo con la vitalidad juvenil no se puede gobernar un país. Los buenos políticos lo son con independencia de su edad y los mediocres aunque pasen cien años, seguirán siendo mediocres, ya que la herramienta fundamental de un buen político ha de estar en cómo de bien tiene amueblada la cabeza y no de su aspecto físico.

La cuadratura del círculo se produce por la conjunción de la experiencia de los años, la gestión llevada a cabo y la vitalidad, ilusión, entusiasmo y frescura que otorga la juventud. Los partidos deberían conjugar estos aspectos y comprender que no son incompatibles, son representación de la sociedad en la que vivimos. No se logra la confianza de los ciudadanos simplemente haciendo una renovación generacional, si no una integración generacional, que enriquezca al partido.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues la verdad, no veo por ningún lado la incorporación de esa "vieja guardia" al Gobierno... es más, se ha cargado precisamente a dos de los ministros de más veterania, De la Vega y Moratinos.

Y a la "vieja guardia" del PSOE sigue teniéndola totalmente al margén. Digase Bono, Ibarra, Leguina, González... cosa que por otro lado me parece normal.

Lo único que ha hecho Zapatero es un cambio de gobierno para ir preparando las elecciones de 2012. Seguramente no tenga decidido si se presentará el mismo, pero por lo menos ya ha señalado con el dedo a su sucesor... empieza por Rubal y acaba, por caba, valga la redundancia.

Pelayo García dijo...

A mi no me parece normal prescindir de la vieja guardia. No se puede renegar del pasado, hay que asumirlo para mirar el futuro. Me pareció muy bien la vuelta de Jaúregui desde su exilio europeo y el encargo a Marcelino Iglesias de Organización.

La vieja guardia acudió a la llamada de Zapatero cuando los mercados asfixiaron a España, en la famosa foto con Solbes, Solchaga y González, hasta entonces se les apartaba y ese fue el error.

Son voces necesarias y con autoridad moral y peso político en el partido, respaldadas y respetadas por las bases.

Está claro que el perfil que ha dado al nuevo gobierno tiene por objetivo las elecciones en 2012 de eso no cabe duda. Pero, hace falta contar con todos, con los que has nombrado, con los que he indicado y con otros.

Lo de Rubalcaba ya veremos como va la cosa, hombre de este si que podemos decir que pertenece a la guardia de ayer, hoy y mañana.

Noelia dijo...

Pajín no es vieja guardia.

Pelayo García dijo...

Como habrás podido leer en el post de ayer, no he hecho ningún comentario sobre Pajín. Fiel escudera simplemente. Sólo con ver sus declaraciones ya queda definida y retratada.

Se comenta en los foros que el PSOE respira tranquilo después de su marcha de la Secretaría de Organización. En este caso respaldo a Zapatero, ha sabido quitar un problema del partido, aunque quizás lo haya llevado al gobierno.

Javier Gomez dijo...

Soy el anónimo de antes...

Si esa "vieja guardia" no hubiera sido la razón de la mayor desilusión de los votantes del PSOE desde la llegada de la democracia, podría considerarseles una referencia.

Una cosa es no renegar del pasado, que yo creo que nadie lo hace, y otra es poner en liza a políticos que están totalmente amortizados. Precisamente fue esa la razón por la que Zapatero se convirtió en Secretario General del PSOE... para posibilitar el paso de página tras la terrible derrota electoral de 2000, y los amargos últimos años del gobierno socialista de González.

Y por cierto, ahora se necesita otro cambio similar, aunque quizás no tan drástico... sino el PP gobernará holgadadamente en España en menos de 2 años.

Pelayo García dijo...

Encantado de conversar contigo Javier.

Son la misma vieja guardia que llenaron este país de ilusión en su momento y lograron grandes avances políticos y sociales. Creo que seis años de olvido son suficiente castigo, al menos para algunos que desde mi humilde opinión no están amortizados.

La vieja guardia cometió el mismo error que cometió Zapatero cuando mandó a Trini a unas primarias, mostrando el apoyo incondicional a “su candidata”. Peca el aparato cuando muestra su parcialidad. Esta vez la situación es distinta, por el momento.

En la derrota del 2000 hubo varios culpables entre la vieja guardia, y fue el aparato el que propició aquella guerra y aquella derrota.

Sin duda la entrada de Zapatero en la Secretaría General fue por posibilitar el cambio, pero debemos recordar la estrecha ventaja que sacó al barón José Bono. Aquí ya entran las disputas entre las diferentes familias y el papel jugado en aquel entonces por el sector guerrista, más que en el aunamiento de Zapatero en la derrota de Bono.

Coincido contigo en el cambio, pero a la vez no puedo dejar de reivindicar las figuras de personas con planteamientos muy lúcidos y que en algunos casos fueron víctimas del aparato. Como ejemplo pondré la salida de Pedro Solbes porque defendía unas medidas que el gobierno consideraba que “no tocaban” al final eran necesarias aquellas medidas y otras muchas.

Está claro que o se ofrecen personas capaces, comprometidas y de reconocido prestigio dentro y fuera del partido o las elecciones están perdidas.